Un hombre rendido ante un contrincante se puede volver a levantar, uno rendido ante el conformismo queda postrado para siempre.

divendres, 25 de novembre del 2011

TERCERA PARTE: Tristezas y dolores

Hola a todos! no paramos, os dejo otro resumen. 
El día de Navidad tuvo Andrés que marchar a Valencia para ver el piso de unos tíos para que Luisito viviera allí porque escupía sangre y tenía síntomas de tuberculosis y el médico de la sala y Andrés creyeron que sería lo más conveniente. Viajó en tren en tercera clase con un manchego. Negoció con un tartanero para que le llevase al pueblo. Pidió la llave a la vecina y entró en la casa, decorada con dos estatuas: Flora y Pomona. Ésta tenía un huerto, y parecía muy tranquila. Devolvió la llave pensando que era el lugar ideal. Al llegar a Valencia escribió un telegrama a su familia y volvió a Madrid.
Don Pedro, Margarita y Luisito se marcharon a Valencia; los otros tres hermanos, se quedaron en Madrid. Andrés sacó el curso y se fue a Valencia, esta vez en primera. Luisito, seguía igual. Luisito y Andrés plantaron muchas cosas en el huerto, aunque sólo salieron ajos. Los dos cuidaban el precioso jardín. Luis se duchaba por las mañanas con agua fría porque así se lo habían recomendado.. Luisito inventaba cuentos; decía que un gato que le perseguía era un brujo y caricaturizaba a los que iban a la casa. Luisito conocía a Roch, el hijo del saludador y dos medoreadores: Choriset yChitano. A veces, Andrés iba al café y allí se enteraba de los conflictos entre el casino carlista y el republicano.
Don Pedro advierte a Margarita que no pueden sostener las dos casas. Viene doña Julia, prima de Don Pedro y les invita a que Andrés, Luis y Margarita vayan a Valencia Capital. Fueron a visitar a los primos. Les recibió don Juan, uno de ellos. En la casa vivía él, Don Vicente, enfermo de gota y doña Isabel, los tres solteros. La casa era oscura con un naranjo muy grande en medio y a los pocos días los tres hermanos se trasladaron. Margarita y Luisito estaban bien, pero Andrés escribía para ser médico rural. Luisito se iba poniendo más exigente y no quería tomar el sol. Una criada tomó por loco a Andrés al decirle éste, que abriese las ventanas para que muriesen los gérmenes, y definió éstos como moscas que existen pero que no se ven.
Andrés se impacientaba porque no le daban plaza para médico rural y se puso a estudiar las asignaturas del doctorado. No salía de casa. Subía a una azotea a observar el pueblo. Pensaba, bajo las estrellas cosas perturbadoras como las fuerzas de la naturaleza, y se angustiaba.
Volvió a Madrid a examinarse del Doctorado. Leyó una oferta de médico rural en Burgos y se marchó allí. Sustituiría allí a un médico rico, viudo, aficionado a la numismática. Hizo amistad con él y se quedó a vivir en su casa, con una criada vieja.
Recibió una carta de su padre diciendo que Luisito había muerto en Valencia, con muchas ganas de saber de él. Pero la muerte no le creó ninguna desesperación, no sentía dolor. Recordó el caso de un chico de 6 ó 7 años. Recibió carta de Margarita, donde le explicaba que Luisito había muerto de meningitis tuberculosa. Pero no le recordaba enfermo, sino sonriendo.

dijous, 17 de novembre del 2011

SEGUNDA PARTE: Las carnarias

Hola a todos, seguimos con el libro de Pío Baroja. Aquí os dejo un resumen de la segunda parte.  
Julio Aracil se acercó a Andrés Hurtado y comenzó a despreciar a Montaner, que no asistía ya a clase. Julio le comentó a Andrés que él estaba con una chica llamada Niní que era una de las dos hijas que tenía una viuda pobre, antipática, a las que llamaba las Minglanillas. La viuda se llamaba Doña Leonarda y la otra chica Lulú. A Andrés la parecía incorrecto que Julio tomase a Niní como querida para luego abandonarla cuando quisiese.
Julio le informó a Andrés que había baile en casa de las Minglanillas el domingo de Carnaval y que si quería ir, tenía que pagar. Uno de los que asistió fue un periodista llamado Casares, que era un mujeriego, que quería una mujer rica y un sainetero. Entre las chicas había una rubia que había sido raptada por un señor rico y ella había conseguido escapar. La chica se llamaba Estrella y era odiada por las mujeres. Tenía una hermana de unos doce o trece años, sinvergüenza, que se llamaba Elvira. Andrés se sentó al lado de Lulú. Se acercó Casares a invitarla a bailar pero ella rechazó la invitación. Lulú le dijo a Hurtado que ella conocía las verdaderas intenciones de Julio. También dijo que quería morirse. Esta conversación les hizo muy amigos.
Salieron de la fiesta y fueron a casa de Doña Virginia, una comadrona de 45 años, rubia, que estaba acompañada de dos hombres (uno su amante, supuesto profesor de italiano y el otro el director de la revista El Mesón Ilustrado). La comadrona tenía a chicas en su casa, pero les dijo que se tenían que marchar. Ya en la calle se encontraron conVictorio, el hijo de un prestamista, que conocía a Julio. El director de El Mesón Ilustrado advirtió a Andrés que Virginia tenía un negocio basado en el aborto y rapto de chicas y que el supuesto profesor era su cómplice. Fueron a la casa deVillasús, un escritor pésimo de comedias bohemio.
Lulú era una persona simpática, graciosa, sin vergüenza al hablar. Pero Andrés no se sentía atraído por ella. Cuando fue pequeña estuvo una temporada sin hablar, poruqe decía que le ponía triste. No guardaba respeto a nada ni a nadie. Era servicial y no tenía amigas de su edad. Cuando iba Don Prudencio a hablar con Doña Leonarda ella empezaba a llorar.
A veces, Andrés acompañaba a Lulú y a Doña Leonarda. Decía la mujer, que Lulú de pequeña sufría ataques de nervios, jaquecas y se comía el yeso de las paredes. Pero seguía un poco desigual. Comía cosas frías y picantes. No le parecía mal el adulterio, el vicio... pero sí la hipocresía. Lulú decía que se iría con cualquier hombre que la quisiera. Tendencia final a lo trágico. Estuvo a punto de ser violada por un bestia de la vecindad. Muchas veces salían por ahí, Niní, Leonarda, Julio, Lulú y Andrés.
Lulú tenía una amiga llamada Venancia, de unos 60 años, que vivía con su hija y su yerno, Manolo el Chafandín, que era muy chulo y muy vago y la hija, una borracha vaga. Todos vivían a cargo de la señora Venancia . Un día se pelearon Lulú y la hija de la Venancia y Manolo le fue a Lulú a pedir explicaciones de lo que había dicho. Andrés terminó peleando con Manolo y éste se marchó malhumorado. Cuando Andrés se despidió apretó la mano de Lulú más fuerte que de costumbre.
Para la Venancia, vieja seca, el aristócrata era superior a lo humano. De joven había servido en casas. Mientras planchaba, contaba sus historias con sus amos. La primera era malévola, que pegaba a todo el mundo y les enfrentaba. Su segunda ama fue una duquesa muy guapa con muchos amantes. Una vez tuvo que salvar la situación de que el duque casi encontrara a su esposa con un amante. Sabía toda la vida amorosa en la época de Isabel II.
Lulú estaba interesada casi exclusivamente en su vecindario. Vivían muchas familias. Vivía también la tía Negra, una vieja verdulera, alcohólica, republicana. En realidad se llamaba Sra. Nieves. También vivía la Sra. Benjamina, que bebía aguardiente y pedía limosnas con diferentes excusas. Tenía un hijo de más de 20 años llamado El Chuleta, que trabajaba en una funeraria, un vengativo y rencoroso. Odiaba a Manolo el Chafandín. El Chuleta tenía muchos hijos. Había también una casa de huéspedes de una gallega bizca, la Paca, donde se alojaban algunos conocidos de Julio y Andrés y Don Cleto, el filósofo de la casa; hombre culto y educado en la ruina.
Andrés fue a ver a Iturrioz porque con el podía hablar de cosas trascendentales. Se fueron a la azotea desde la que se podía ver el Guadarrama. Su tío tenía un criado que era un antiguo soldado. Le contó la vida de la vecindad de Lulú y su tío sacó la consecuencia de que la vida es luchar, que en un sentido absoluto no hay lucha ni justicia. Le dijo que el hombre sereno tiene dos soluciones: o ser indiferente o actuar en círculos pequeños. Pone ejemplos de insectos usureros que son como algunas personas. Al final dice que él cree que sólo lo artificial, creado por el hombre es bueno. Andrés se levantó y vio dos jardines: uno de niñas y otro de frailes.

dilluns, 7 de novembre del 2011

ARTHUR SCHOPENHAUER

Mari Carmen, mi professora de lengua y literatura castellana, nos ha hablado de Arthur Schopenhauer un gran filósofo alemán, que influyó mucho al llamado grupo del 98. Aquí os dejo una pequeña biografía.  
Arthur Schopenhauer Nació en Alemania el 22 de febrero de 1788 y murió el 21 de septiembre de 1860.Fue un gran filósofo alemán. Al morir su padre Arthur se izo cargo del comercio de su padre, hasta que se cansó y se puso a estudiar medicina. En la universidad conoció a un profesor de filosofía que le aconsejó emprender el estudio sobre Platón y Kant, para más tarde leer las obras de Aristóteles y Spinoza. De esta manera se le despertó su vocación filosófica. Se trasladó a Berlín donde estudió durante un par de años.
Schopenhauer  tenía una visión de la vida muy pesimista. Aunque valoraba mucho la religión se pasó la vida criticándola.

Según Schopenhauer la única manera de llegar a la felicidad era mediante la ataraxia. Ataraxia quiere decir dejarse llevar, dejar de buscar cosas que no se pueden obtener… la lucha no llevaba a ningún sitio. (todo esto respeto a lo que pensaba Schopenhauer).
Schopenhauer y Pío Baroja tenían las mismas ideas, los dos eran ateos y creían mucho en la filosofía.

En el renacimiento ( S.XVI ) se puso de moda volver a usar la razón, la gente empezó a cuestionarse el porqué de la vida. En este periodo Europa fue capaz de ir elaborando un pensamiento  de autoconciencia. Durante esta etapa en que Europa se va modernizando aunque España se lo va “perdiendo”.
Entonces fue cuando la pobreza empezó a aumentar, por el retraso de la progresión de la sociedad. Había unos índices de alfabetismo impresionantes.

Finalmente llegaron las ideas de Schopenhauer que fueron las que lo revolucionaron todo (relativamente). Fueron leídas por un sector de la burguesía. Este sector les gusto mucho sus formas, ideas,… y finalmente empezaron a ser unos grandes seguidores de Schopenhauer.

diumenge, 6 de novembre del 2011

PRIMERA PARTE: La vida de un estudiante en Madrid.

Hola amigos! Durante lo que queda de trimestre (hasta Navidades) vamos a leer la fomossísima obra de Pío Baroja, El árbol de la ciencia.  
Voy a ir colgando resumenes del libro por partes.  
Andrés Hurtado estudió bachiller en el instituto de San Isidro. El primer día los estudiantes estaban formando un gran escándalo. Hurtado observaba lo que estaba ocurriendo, y le parecía todo muy raro. Se encontró con Julio Aracil yMontaner, el primero había sido un antiguo compañero. Entre ellos había cierta tensión por la diferencia de gustos, pero más por Montaner, que poseía gustos totalmente opuestos a Hurtado en cuanto a ideas políticas, a forma de ver la vida, a autores preferidos de libros, etc.
El profesor de Química era un viejo al que le gustaba que le aplaudiesen y fácil de burlar por los alumnos más alborotadores. Otras asignaturas que tenía eran: Botánica, Zoología.
Los estudiantes iban a Madrid con un aire donjuanesco. Los estudiantes en clase de Química fumaban, leían novelas y no atendían al profesor. Todo esto no le cuadraba a Hurtado, que lo veía todo muy raro.
En la familia Hurtado había de todo un poco. La madre había fallecido; el padre (Pedro) era un egoísta y déspota, que por cierto se lleva a muerte con su hijo Andrés; Le seguía en edad Alejandro, que era muy parecido al padre, salvo que era más inútil y egoísta aun, y trabajaba en un oficina del estado donde no hacía nada; Le seguía luego Margarita, que era muy responsable a la vez que muy dominadora, un poco seca según Andrés; A continuación venía Pedro, que estudiaba para abogado y era un poco indiferente; Le seguía Andrés, que quería mucho a Luisito, admiraba a Pedro y Margarita, pero odiaba a su padre y a Alejandro; y por último en la familia estaba Luisito, que tenía muy poca salud.
La madre le había inculcado la religión, pero con el paso del tiempo, ésta había desaparecido de su vida. Sus dos hermanos estudiaron en un colegio y a él le metió en un instituto por falta de dinero su padre, aunque eso era una mera excusa. Discutía frecuentemente con él ya que el padre era conservador y el hijo republicano. Al igual que pasaba en el piso de arriba en una familia catalana, pero el hijo allí era el conservador y el padre el republicano. Margarita era la que se interponía en las discusiones.
El padre era amable con los de fuera y mantenía amistades interesadas. Trabajaba para un marqués, cobrando alquileres. En su mismo edificio vivían dos ex-bailarinas, protegidas por un viejo senador, llamadas “las del moñete”. Pedro padre las elogiaba muchísimo. Andrés dormía en la habitación con su hermano Pedro; cuando empezó Medicina de trasladó a un cuarto alto sólo, donde se guardaban antes los trastos viejos.
En los primeros exámenes, aprobó 4 asignaturas, quedándole Química, aunque él en su casa dijo que no se había presentado. Luego pidió a su tío Iturrioz, que le recomendara y consiguió así aprobar un examen que por cierto, le había salido fatal.
Hurtado y Montaner se hicieron más amigos. En anatomía, tenían que diseccionar. Andrés no tenía ningún reparo, pero le molestaba cómo sacaban a los muertos del carro y cómo metían los pedazos en calderas.
Andrés también salía con Rafael Sañudo y Fermín Ibarra. Con Sañudo iba al Café del Siglo donde se hablaba de Wagner y donde había una chica rubia que destacaba Sañudo y compañía, quienes hablaban mal de todo el mundo. También frecuentó cafés para cantaores y otros sitios que creía peligrosos. Los domingos por la tarde iba a visitar a Fermín Ibarra, que tenía artritis y leía ciencia recreativa. Le daba impresión de dolor y amargura. De puertas adentro, Andrés desarrollaba ideas republicanas.
En el verano, Aracil se fue a Galicia, Montaner a la sierra y Hurtado se quedó en Madrid. Por las mañanas, iba al Retiro con Luisito y Margarita y por las tardes, leía. Tenía fisiología, y pensaba que le iba a entusiasmar pero su profesor y su libro eran muy malos. Este año, intimó más con Aracil, que le gustaba sentirse superior e iba de guaperas, y Andrés lo definió como un tipo semita. Aceptaba todo, se acomodaba a lo que fuese necesario. Montaner era otro semita, tranquilo, odiaba la violencia y blando de carácter. Aracil se marchó en el verano y Hurtado y Montaner se quedaron solos. Montaner y Hurtado hablaban mal de Aracil, pero cuando éste llegaba, iban con él.
Comienzan las clases de Letamendi. Su teoría sobre la vida, que era una multiplicación entre el individuo y el cosmos, la quiso explicar Hurtado en el café de su amigo Sañudo y otro estudiante se la rebatió. La segunda vez que la leyó le pareció una tontería. Lo único que tenía Letamendi era palabrería. Por ello, Hurtado se interesó por la filosofía, leyendo libros de Schopenhauer, Fichte y Kant. Leyó libros de filósofos franceses e italianos
que no le gustaron.
El quinto año de carrera, Luisito cayó enfermo con fiebre tifoidea. El cuidado de Margarita le hizo a Andrés sentir estima por ella. Se le pasaron las fiebres y Andrés de preguntó si de verdad servía la medicina para algo. Pero Luisito siguió malo. En ese curso, Andrés se hizo amigo de Antonio Lamela, un rezagado, que iba haciendo como un curso cada dos o tres años. Éste estaba enamorado de una dama noble, vieja y fea. Era muy católico anticuado. Hurtado pensaba que estaba un poco loco.
Aracil, Montaner y Andrés se apuntaron a un curso de enfermedad venéreas. Visitaron una sala de mujeres y a Hurtado le pareció deprimente. La vida le estaba enseñando su peor cara. El médico de la sala, amigo de Aracil era cruel y maltrataba a los enfermos de palabra y obra. Abandonó Andrés el curso de San Juan de Dios por la arrogancia y crueldad del médico hacia una enferma y su gato.
Montaner, Aracil y Andrés hicieron el examen para el Hospital General. Aracil y Andrés aprobaron, aunque Andrés lo hizo porque llevaba una recomendación de su tío. El médico adivinó que no tenía vocación para la medicina porque le gustaba investigar, sentía curiosidad por todo. Veía que en el hospital se jugaba demasiado a juegos de azar, como por ejemplo, dos curas, uno de ellos llamado Lagartijo. Hurtado se hizo amigo de las monjitas de la Caridad. Un enfermo le dio el diario de una monja, sor María de la Cruz. Quiso conocerla, pero ya había muerto. Había en el hospital, un tipo muy ansioso llamado Juan que cuidaba de enfermos contagiosos que para Andrés era repulsivo.

dimarts, 1 de novembre del 2011

Cita de Azorín

Hola amigos, he encontrado esta cita que habla del libro que vamos a leer (El árbol de la ciencia, de Pío Baroja). Os la dejo a continuación:
 «Para Azorín esta novela resume mejor que ninguna el espíritu de Baroja. Y efectivamente: sus principios filosóficos y sociales, la reacción frente a la miseria y el dolor, y los elementos autobiográficos hacen de esta obra muestra privilegiada del mundo del autor. Médico, como Baroja, el protagonista de EL ÁRBOL DE LA CIENCIA asiste impotente a los desafueros de una socidad mezquina y envilecida. Entre el determinismo fisiológico y la rebelión moral hay la búsqueda de una camino propio.»
«El libro más acabado y completo de todos los míos.» (Pío Baroja)