Un hombre rendido ante un contrincante se puede volver a levantar, uno rendido ante el conformismo queda postrado para siempre.

divendres, 23 de desembre del 2011

Aspectos filosóficos de "El árbol de la ciencia"

Buenas tardes a todos y feliz Navidad! He encontrado una web bastante interesante abajo os dejo el link y este resumen de los aspectos filosóficos de la obra de Pío Baroja que hemos leído este trimestre. 


El árbol de la ciencia es una novela intelectual impregnada de una filosofía pesimista. Tres son los filósofos preferidos en las lecturas del protagonista: Kant, Schopenhauer y Nietzsche. De ellos, la presencia más influyente es la Schopenhauer. Así, en la novela se muestra desde el principio la relación entre el dolor y sufrimiento del hombre y la inteligencia y conocimiento empleados en la búsqueda de la verdad. Hurtado se va convenciendo de la filosofía pesimista del alemán ya en su período de alumno interno en el hospital, ante la contemplación del dolor de los enfermos y la crueldad del personal sanitario. Su dolor resalta más en contraste con la actitud inconsciente de su compañero Lamela, que está enamorado de una solterona fea, pero él la idealiza y la ve bellísima. También se aprecia el eco de Schopenhauer en la conducta de Hurtado cuando alivia el sufrimiento de su soledad familiar y de su rechazo de la farsa universitaria al ver el dolor de su amigo artrítico Fermín Ibarra: es el alivio del dolor personal ante la contemplación del ajeno.  Hurtado intenta seguir el modelo de la abstención (“ataraxia”) schopenhaueriano hasta que la muerte de Luisito perturba la tranquilidad encontrada en el pueblo burgalés.
El auténtico núcleo filosófico de la novela está en la cuarta parte: en ella Iturrioz esboza su concepción del mundo partiendo de la imagen bíblica del árbol de la vida y el árbol de la ciencia (4ª parte, cap. 3).
Hurtado defiende la esperanza de que mediante la ciencia y el conocimiento se podrá llegar a un mundo mejor; pero ante la ruindad humana de Alcolea, llega al escepticismo puro, a la serena impasibilidad conseguida con la autolimitación, pero la pierde en la entrega sexual con Dorotea (5ª parte, cap. 10).
De nuevo en Madrid, vuelve a conseguir la ataraxia mediante la abstención social en el refugio de su matrimonio con Lulú, convencido de que “Iturrioz tenía razón: la Naturaleza no solo hacía el esclavo, sino que le daba el espíritu de la esclavitud” (6ª parte, cap. 8). Hurtado vuelve a perder la ataraxia (esa abstención vital propugnada por Schopenhauer) abatido por la muerte de su hijo y de su esposa, y, aplastado por el dolor, ya no puede conciliarse con la vida ni por medio de la ciencia ni por la de la abstención.

https://sites.google.com/site/lenguaenliteratura/el-arbol-de-la-ciencia-pio-baroja

dimecres, 21 de desembre del 2011

SÉPTIMA PARTE: La experiencia del hijo

Hola a todos! Aquí os dejo el resumen de la séptima y última parte, la más emocionante, con un gran a la vez que inesperado desenlace. 
Andrés fue a pedirle consejo a Iturrioz hablando como si fuese un tercero que le había pedido consejo. El tío le recomendó que dijera que si era fuerte y quería casarse, que se casase y tuviese hijos. Si era débil y quería casarse, que se casara, pero que no tuviera hijos. Por la tarde escribió Andrés a su tío diciéndole que se iba a casar.
Lulú pidió a Iturrioz que le buscase un trabajo nuevo a Andrés, y le buscó uno como traductor de artículos. Se fueron a vivir al barrio de Pozas. Se casaron por la Iglesia, Andrés se negó a que Dña. Leonarda viviera con ellos y cogieron a la Venancia para que ayudase en la casa. Le pasaron a Andrés a hacer estudios originales con datos obtenidos por científicos extranjeros. Estaba cada vez más a gusto y temía que esa paz se desmoronase en cualquier momento. Cada vez estaban más enamorados. Lulú pensaba que
Pasaron varios meses y la tranquilidad se turbó. Lulú se deprimía porque quería tener un hijo y Andrés se angustiaba. Cuando le dijo que estaba embarazada, ella estaba histérica y muy celosa y sentimental y él estaba muy nervioso y angustiado. No podía dormir y tomaba morfina cada vez estaba peor.
Cuando tenía que dar a luz hubo un problema con el cordón umbilical y el bebe nació muerto. Lulú sufrió una grave hemorragia y a los tres días murió. Todo esto superó a Andrés quien se envenenó tomándose un producto tóxico y murió.

divendres, 16 de desembre del 2011

SEXTA PARTE: La experiencia en Madrid

Cuando Andrés volvió a Madrid, allí se vivía el preparativo contra los E.E.U.U. por Cuba y Filipinas y se vivía con optimismo. Se perdió la guerra, como pensaba Iturrioz. Un día Andrés fue a casa de su tío y le contó su experiencia en Alcolea. Según Iturrioz la naturaleza le da al rico el espíritu de riqueza y al pobre el de miseria.
Un día en el Apolo se encontró con Montaner y entraron en un café. Hablaron sobre ellos. Montaner acabó la carrera gracias a que los padres de su novia se la llevaron a Santander y él se marchó a Salamanca. Le cuenta que Aracil montó una clínica y que después de haberle ayudado él, se asoció con Nebot (un valenciano). Lamela se fue a Galicia y no ejercía pero vivía bien. Aracil estaba casado con una muchacha a la que prostituye y, según Montaner, iba a llevar a Nebot a su casa para que se acostaran juntos. Días más tarde, Andrés se encontró con Julio. Estuvieron hablando y él dijo que tenía plena confianza en su mujer y que todo era normal el gasto que tenían.
Se encontró con Fermín Ibarra, quien se iba a Bélgica para aprovechar sus inventos ya que en España eran todos unos chulos sin futuro. A los pocos días le escribió Ibarra a Andrés desde Bélgica diciéndole que sus empresas iban bien.
Un amigo del padre de Andrés le estaba buscando trabajo. Un día, al salir de la casa de éste, se encontró con Lulú y quedaron un café. Le contó que Julio había abandonado a Niní y que ésta se había casado con Prudencio y le había puesto una tiendecita a Lulú. En el café también estaba Doña Leonarda, quien le miraba con desprecio y un tipo joven con anteojos. Acordaron en verse otro día.
El puesto de médico de higiene no le agradaba. Comenzaba a aumentar su instinto antisocial y veía desfilar a prostitutas que le daban pena. Un cura tenía dos casas de prostitución y a veces, cuando tenía que hacer visitas en este tipo de casas, veía a señoritos de la alta sociedad. Todo esto le llevaba a reflexionar, sacando como conclusión que la casta burguesa se iba preparando para someter a la casta pobre y hacerla su esclava.
Andrés fue a visitar a Lulú a la tienda, que era grande. Lulú dijo que le había dicho a Julio que cuando Andrés estudiaba había dicho que casarse con ella era lo mismo que casarse con un orangután. A veces iba al café con Lulú, el tipo de anteojos y Leonarda. Andrés recriminó a Lulú que tratase de manera desdeñosa al farmacéutico por ser su pretendiente.
Andrés, desilusionado y angustiado con lo que veía en las casas de prostitución le cuenta a Lulú que le habían escrito una carta unas chicas que viven y ejercen la prostitución firmando Las Desgraciadas. Le cuenta que fue a un prostíbulo un tipo afeminado que junto con el ama, eran los que captaban a las chicas. Le contó algunos trucos para retener a chicas, como a una chica de Sevilla que fue reclamada por sus padres y fue imitada por otra. Hablaba con amargura y Lulú le aconsejó que dejase ese puesto.
Abandonó el puesto de médico de higiene, y gracias a Julio se puso de médico en La Esperanza, un hospital para pobres que le fatigaba a la vez que le encolerizaba.
Seguía con su instinto antisocial y tenía ganas de matar los domingos a aquellos que volvían de los toros, lo único que le tranquilizaba era estar con Lulú y a veces iba con ella y su madre al paseo de Rosales. Fue a visitar a su niño enfermo y al lado vio a un viejo ciego y medio loco, que resultó ser Villasús y a los pocos días murió. Fue Andrés a visitarlo y le vio rodeado de bohemios desarrapados todos medio locos diciendo que quizás Villasús seguía vivo.
Andrés le dice a Lulú que hay dos procedimientos del amor, como en la medicina: el de los tímidos es buscar pareja opuesta y el de los satisfechos de su físico, que buscaban alguien semejante. Pero dice que ella es diferente. También define el amor como la confluencia del instinto fetichista y el sexual. Pero que en el fondo el amor es un engaño. Un día, después de ver a Lulú con un militar que la visitaba en la tienda, Andrés estuvo por la Moncloa, cuando sintió la necesidad de ir a ver a Lulú. Primero la piropeó, luego se declaró y luego la beso. Lulú le dijo que ella estaba enamorada de él desde el primer día y que a partir de ese día donde él fuera, tenía que llevársela.

dissabte, 10 de desembre del 2011

QUINTA PARTE: La experiencia en el pueblo

Nombraron a Andrés médico titular de Alcolea del Campo, un pueblo entre Castilla y Andalucía. Se compró un billete de primera y se fue. En su vagón estaba un hombre americano y un chico alto. Entró el revisor y pidió los billetes. Él le advirtió al americano que su billete era de segunda y el hombre empezó a gritar y a insultar a los españoles y a España. El joven alto se le enfrentó y defendió su patria. El tren se paró y entró una compañía de cómicos. Llegó a la estación y esperó a que llegase el coche hacia Alcolea.
En la diligencia en la que fue al pueblo viajaba también una vieja de pocas palabras. Se bajó en la Fonda de la Palma donde pidió una habitación espaciosa. En el patio había un canario y tres hombres: un catalán, un riojano y un andaluz. Con los que luego se acercó al casino. Luego marchó a ver al Secretario y con él, al médico compañero, el Doctor Sánchez. Éste le dijo que no pensase en ganar mucho dinero porque a los ricos los trataba el doctor Don Tomas Solana. Mientras que el doctor Sánchez se marchó, el Secretario y Andrés subieron a un cerro desde donde se veía el pueblo con viñedos y alguna higuera. Bajaron al pueblo y Andrés cenó en la fonda y luego dio una vuelta por el pueblo.
El doctor Sánchez y Andrés se dividieron el pueblo en dos. Los primeros días resultaron muy tranquilos. Se cansó de la fonda y el agua en Alcolea era carísima. Decidió abandonar la fonda y el doctor Sánchez le buscó una casa en las afueras. Se quedó una habitación en el piso bajo. Era amplia y daba a una callejuela. Pidió una tinaja y un mozo que la llenara y de comer legumbres. Por pedir esto le tomaron por loco. El marido de la patrona se llamaba José, pero le llamaban Pepinito. Tenían una hija llamada Consuelo de unos 12 años.
A Sánchez le gustaban demasiado los toros. Una tarde se fue a Baeza y vino un hombre a avisar a Andrés de que la hija del molinero estaba muy enferma. Él la operó. Al día siguiente, Sánchez y él discutieron porque Andrés había aconsejado a la madre que llevase a la chica a Madrid. Mientras la gente se ponía del lado de Andrés, Sánchez hablaba mal de él para desacreditarle. Andrés, con su escepticismo iba ganando prestigio.
Alcolea vivió una etapa de esplendor cuando Francia firmó con España tratados del vino, pero luego, empezó el declive al no haber sensación de asociación. Sobre política, el pueblo estaba dividido en dos bandos: los ratones (liberales) y los Mochuelos (conservadores), como el alcalde. En Alcolea los ricos defraudaban a Hacienda y no se les tomaba por ladrones. El tiempo se hacía eterno. Pepinito era un petulante que trataba fatal a su mujer y a la niña. Era de Tomelloso y le gustaba contar historias de muertos. Andrés, junto con Dorotea, la niña y los dos criados, bajaron a la bodega y a la Cueva de los Enanos. Llegó la vendimia y Andrés vio a varios hombres sudando haciendo el vino: fue entonces cuando le dio la razón a Iturrioz en que lo artificial era lo bello.
En invierno Andrés comenzó a ir a La Fraternidad, el casino de Alcolea. Había dos personajes pintorescos, el pianista y el hidalgo, Don Blas Carreño. Don Blas invitó a Andrés a ir a su casa y le enseñó su librería ofreciéndosela para cuando quisiera. Le gustaba hablar con citas, utilizar expresiones de los libros y llamar a los pueblos por su nombre antiguo. Había un joven en el casino, abogado, hijo de usurero que le parecía imbécil.
Vio en la librería unas revistas pornográficas y llegó a la conclusión de que cuando había una vida sexual activa, la pornografía no se necesita y en sitios, como Alcolea, donde la vida sexual es pobre, la pornografía estaba en todo.
Andrés comenzó a tener mala reputación. Dejó de ir al casino y leía en su cuarto. Intentó dejar los libros de filosofía y probó los libros de historia y de astronomía. También probó a escribir. Comenzó a padecer dolores articulares y a caérsele el pelo, ya que él era neuro artrítico. La solución era encontrar una mujer, pero sólo conocía a la hija de Sánchez, y la del Secretario. Se puso a dieta y mejoró, porque sabía que tenía que encontrar a alguien.
Una noche de invierno alguien se cayó en la calle. Era la mujer del Tío Garrota y sufría una conmoción cerebral. Llegó el juez y dos guardias; interrogaron a todo el mundo y preguntaron si se podía interrogar a la vieja a Andrés. La vieja, tenía una lesión cerebral y por ello no podía responder a las preguntas. Al rato, murió y se pensó al principio que había sido el marido quien la había asesinado. Al hacer la autopsia, en la que intervinieron los 3 médicos no dijeron nada convergente, cada uno daba una versión. Andrés defendía que había sido un accidente.
Debido a esto, los pobres del pueblo no le querían. Así que decidió presentar la dimisión, despedirse de Don Blas Carreño y del juez, y hacer las maletas. La última noche, aprovechando que estaban solos Dorotea y Andrés, éste se declaró y pasaron la noche juntos. A la mañana siguiente, Andrés se marchó camino de Aranjuez.

divendres, 2 de desembre del 2011

CUARTA PARTE: Inquisiciones

Andrés volvió a Madrid, envió dinero a Margarita y se encontró con Fermín Ibarra ya curado. Fue a su casa y le enseñó sus inventos, a los que quería sacar patente, como de unas llantas que luego salieron al mercado. Por las tardes iba a casa de Iturrioz, y hablando de la carrera de medicina, decía que los profesores no tenían más finalidad que cobrar su sueldo. Andrés está realmente angustiado y su tío le dice que está perdido, que pensar como él no le va a llevar a nada bueno. Andrés comienza a defender a Kant mientras que Iturrioz dice que todo lo que él dice son cosas absurdas.
Sigue la discusión filosófica diciendo Iturrioz que juzga por las sensaciones de los sentidos. Y Andrés le responde diciendo que la duda lo arrasa todo, que cuando nuestra inteligencia afirma sus verdades no hace más que señalar su mismo mecanismo. Fuera de los axiones lógicos y matemáticos, las verdades tienen como condición ser unánimes. Son unánimes porque son verdades. La ciencia es la única construcción fuerte de la realidad.
Iturrioz replica diciendo que la ciencia arrolla esos obstáculos y también al hombre.
Según Iturrioz la vida necesita estar basada en la mentira.
Andrés está en parte de acuerdo con él, y afirma que el hombre, a más comprender, menos desea. La ciencia debe encontrar una verdad: la cantidad de mentira que es necesaria para la vida.
Iturrioz basándose en la filosofía que él lee, la inglesa, alega que cree que hay ideas que son fuerzas, que partiendo de la relatividad de todo, hay que darle un valor absoluto a las relaciones entre las cosas.
Andrés le dice que fuera de las matemáticas y lo empírico, la ciencia no dice mucho.
Sigue la discusión filosófica, con Iturrioz diciendo que el intelectualismo es estéril, a lo que Andrés rebate diciéndole que hay formas de agrupación social unas mejores que otras y que se deben ir dejando y tomando las buenas. Con nuestras fuerzas vamos siendo dueños del mundo.
La conversación acaba con Iturrioz diciendo que él es romántico práctico, y que inventará la Compañía del Hombre: enseñar el valor, la serenidad y el reposo. A lo que por último, Andrés contesta que cuando funde esa compañía, le escríba al pueblo.