Un hombre rendido ante un contrincante se puede volver a levantar, uno rendido ante el conformismo queda postrado para siempre.

divendres, 9 de març del 2012

Pedro Calderón de la Barca

Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600 de familia hidalga. Se educó en el Colegio Imperial de los Jesuitas en Madrid, en el que se familiarizó con los poetas clásicos latinos. En 1614 se matricula en la Universidad de Alcalá y, el año siguiente, en Salamanca, donde estudió Cánones y Derecho hasta 1620.
Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo. En sus años jóvenes su nombre aparece envuelto en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas. De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta que tomó parte en la campaña para sofocar la rebelión de Cataluña contra la Corona (1640).
Contrasta lo impulsivo y mundano de su juventud con lo reflexivo de su madurez. En 1642 pide su retiro como militar y entra al servicio del duque de Alba. Goza, desde entonces de un período de tranquilidad para la creación literaria. En 1651 recibe las órdenes sacerdotales y se traslada a Toledo como capellán de los Reyes Nuevos.
Vuelve en 1663 a Madrid por orden de Felipe IV que le nombra capellán de honor. Murió en Madrid el 25 de mayo de 1681.Calderón escribe sobre todo comedias y autos sacramentales. Hacia 1623 estrena sus primeras comedias y pronto, Felipe IV le convierte en dramaturgo oficial de la corte. Sin embargo, su momento de mayor esplendor empieza a partir de 1642, cuando se retira del ejército y entra al servicio del duque de Alba. En esta época goza de un período de tranquilidad para dedicarse a la creación literaria. Para las fiestas de palacio compone numerosas obras.


En el estilo de sus comedias se pueden apreciar dos tendencias: una que sigue más de cerca el teatro realista, nacional y costumbrista de Lope y su escuela, representada por las "comedias de capa y espada"; y otra, diferenciada del estilo anterior, más personal. Esta tendencia incluye las comedias más poéticas y simbólicas, con intensificación de los valores líricos y del contenido ideológico. En esta segunda línea los personajes adquieren mayor esquematización y dimensiones de símbolos universales.


Sus principales comedias se pueden clasificar en:
Comedias de historia y leyenda española: El Alcalde de Zalamea
Comedias de honor y de celos: El médico de su honra
Comedias de capa y espada: La dama duende 
Comedias filosóficas: La vida es sueño 
Comedias fantásticas y mitológicas: La hija del aire
Técnica y Personajes


Las aportaciones de Calderón lo diferencian, aún sin renunciar a ninguna de las innovaciones de Lope, claramente frente a este último en todos los campos - contenido, técnica arquitectónica, tratamiento de los personajes: En Calderón la novela adquiere un mayor rigor constructivo y profundidad conceptual; mediante la estilización, la tendencia al simbolismo y la jerarquización de los personajes, consigue creaciones de valor universal como Pedro Crespo o Segismundo.
En todas las obras los elementos confluyen hacia un eje central, representado por un motivo único y un personaje que destaca fuertemente sobre los demás. La obra se despoja de lo secundario y, cuando aparece una plural intriga dramática, está jerarquizada de tal modo que no rompe en nada la unidad que impone el eje central mencionado.
La profundidad conceptual se advierte especialmente por la preferencia de determinados temas filosóficos y religiosos. En cuanto a los personajes también se advierten diferencias entre Calderón y Lope. Mientras que Lope pone el acento sobre el asunto y la trama sin que haya un héroe que prevalezca sobre los demás personajes, en Calderón ocurre lo contrario: la jerarquización de la construcción arquitectónica hace que el énfasis se ponga en un héroe predominante: el tipo universal del teatro de Calderón. En cualquier caso, el que dichos héroes se conviertan en símbolos, no obsta a que en la obra tengan vida individualizada y caracteres humanos.

Tirso de Molina


Tirso de Molina, uno de los grandes dramaturgos del Siglo de Oro español, nace en 1584 y muere en el año 1648 en Almazán.
Fiel a Lope de Vega en su obra dramática, sólo se diferencia de él por el análisis más profundo de la psicología de sus protagonistas, fundamentalmente tipos femeninos que se caracterizan por una variedad y matización inusitada en el teatro español de la época.
Respecto a su vida se conocen pocos datos. Se ordenó en el convento mercedario de Guadalajara (1601) y entre 1614 y 1615 vivió en el monasterio de Estercuel. En 1616 viajó a Santo Domingo, de donde regresó dos años más tarde.
Una Junta de Reformación le condenó a destierro de la corte por escribir comedias profanas.
En 1626 estaba de nuevo en la corte y fue nombrado comendador del convento de Trujillo. Fue confinado en el convento de Cuenca por orden del P. Salmerón, visitador general, al parecer por las mismas causas que promovieron su destierro.
Es nombrado cronista de su orden en 1632 y fue comendador del convento de Soria en 1645 y definidor provincial de Castilla al año siguiente.
Se le atribuyen, aunque no se incluyeron en las Partes de sus comedias, dos obras de contenido filosófico de gran importancia: El burlador de Sevilla y convidado de piedra y El condenado por desconfiado . Su obra en prosa incluye una Historia de la orden de la Merced y dos obras misceláneas: Cigarrales de Toledo (1621) y Deleitar aprovechando (1635).

dijous, 1 de març del 2012

Lope de Vega

Lope Félix de Vega y Carpio nació en Madrid en el año 1562. Fue niño precoz ya que desde la tierna infancia demostró facilidad para las letras, escribiendo tanto en español como en latín poesías, traducciones y primeras comedias. Estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas y posteriormente estudió en la Universidad e incluso se ordenó como sacerdote, influenciado por el Obispo de Ávila.


Vivió una vida de pasiones intensas, desde su enamoramiento a los diecisiete años, de Elena Osorio, hasta sus varios matrimonios, deslices y aventuras, y en intermedios se volcó al sacerdocio, pues profesaba a la vez una profunda fe religiosa.
Aunque de cuna humilde, su destreza literaria lo llevó a codearse con la nobleza de la época. Tuvo amistades cortesanas influyentes y perteneció a varias congregaciones religiosas, lo que le valió ingresos y su título de Fray que se suele anteponer a su nombre.


Falleció en Madrid en 1635 y sus restos depositados en la Iglesia de San Sebastián.


Características del teatro de Lope:


Dentro de la comedia nueva, Lope de Vega, en 1609 cambió los cánones de la novela clásica.
1.- Lope de Vega reduce los actos de las obras de cinco pasan a ser tres, no usa las tres unidades de lugar-tiempo-acción.
2.- Se cambia mucho de lugar, rompe con el espacio, el tiempo y con la acción.
3.- Mezcla lo trágico con lo cómico y dentro de lo cómico aparece la figura del “bobo” o "don aire".
4.- Mezcla personajes de diferentes clases sociales: reyes, plebeyos...
5.- Hace uso del decoro poético, a cada personaje le introduce su tipología a la hora de hablar.
6.- Encontramos variedad métrica; vemos versos escritos en romance, letrilla, sonetos...
7.- Y hay una pequeña incorporación de elementos líricos, cómo bailes, canciones...




dimarts, 28 de febrer del 2012

Lope de Rueda



Mari Carmen ha resaltado la figura del sevillano Lope de Rueda, ya que se observa en autores como Cervantes o Lope de Vega que tuvo una gran influencia.
Lope de Rueda (1500-1565) destaca, además de en la creación teatral, en el campo de la representación y de la dirección escénica. Recorrió España con su compañía y fue uno de los precursores en el establecimiento de un teatro de carácter profesional.
El teatro de Lope de Rueda refleja la influencia italiana en sus comedias. Pero sus obras más conocidas son sus pasos, piezas teatrales breves de carácter cómico. Los pasos suelen estar protagonizados por personajes arquetípicos como el bobo o el criado y representan una acción desligada de la de la comedia en la que se incluyen. Se trata de un género de carácter popular porque el autor busca expresiones que agraden a un público amplio y con las que este se pueda identificar: aparecen elementos folclóricos en la trama, se emplea un lenguaje coloquial, etc. Este último es uno de los grandes aciertos del autor, pues mantiene lo que se conoce como decoro: sus personajes hablan como les corresponde.
En los pasos de Lope de Rueda suele aparecer el contraste entre el mundo organizado de la sensatez y el mundo al revés que concibe el loco o el simple y que desencadena la comicidad. El bobo es uno de los personajes más representativos de su obra; este se caracteriza además por ser indiscreto, glotón y rudo. A menudo, el paso se centra en la burla que otros personajes hacen de él. Su lenguaje es confuso y tiende al enredo y al equívoco, lo que supone la base del chiste.

diumenge, 26 de febrer del 2012

El teatro renacentista

En el siglo XVI se inicia un período de maduración y de coexistencia de varias formas de teatro que explica el importante desarrollo del género en el siglo siguiente y las fórmulas establecidas posteriormente por Lope de Vega.

El teatro en el siglo XVI

Con respecto a los temas, existe un teatro religioso, heredero de la Edad Media y vinculado a la liturgia, y un teatro profano, que tiene entre sus máximos representantes a Lope de Rueda. El teatro profano manifiesta, por un lado, una tendencia clasicista propia del Renacimiento, pero también una búsqueda de otros cauces que se aproximan a los gustos populares.
Según el tipo de público y los espacios en los que se desarrolla, el teatro del siglo XVI se puede clasificar en tres grupos fundamentales: el teatro populista, que atiende a los gustos generales de la gente común (representado por el teatro religioso de origen medieval y por la obra de Lope de Rueda); el teatro cortesano, vinculado a un público relacionado con la nobleza (especialmente presente en la primera mitad de siglo con géneros como las églogas), y el teatro erudito, que sigue el modelo clásico grecolatino según las tendencias humanistas. Este último se desarrolla en el ámbito universitario, fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XVI.
Evolución del teatro durante el siglo XVI:
La primera mitad del siglo XVI se inicia con la publicación de La Celestina. Sin embargo, esta obra constituye un caso aislado y extraño con respecto al panorama teatral de su época. El teatro de estos años se vinculaba a circunstancias concretas de carácter religioso o profano (acontecimientos políticos o cortesanos). La festividad del Corpus, por ejemplo, era un momento típico para la escenificación. Esta se llevaba a cabo sobre carros móviles que se empleaban también en las procesiones. Durante este período, el espacio teatral no es todavía específico: a menudo se representaba en las iglesias, en la calle o en la corte. Las primeras compañías de actores profesionales, que surgen en esta época, no contaban con un lugar propio para la representación, por lo que puede entenderse el primitivo y escaso desarrollo de la escenografía.
La segunda mitad de siglo supone una disminución del contenido crítico y satírico de las obras como consecuencia de la Contrarreforma, pero también un aumento de la actividad teatral y una evolución en los espacios escénicos. Esta época da paso a un teatro regular, realizado en lugares creados a propósito para la representación. Junto con la dramatización en palacios o calles, en el último tercio de siglo comienzan a surgir en las ciudades los corrales de comedias, patios traseros de las casas en los que se desarrollaba un teatro de carácter popular. Este espacio será fundamental para comprender la actividad teatral del Barroco y es consecuencia del gran aumento del gusto por este espectáculo. Al principio, los corrales de comedias son rudimentarios, sin excesiva decoración. Los espectadores se separaban según el sexo y la categoría social. Las mujeres se situaban en la cazuela, una zona elevada en el fondo del recinto, y los hombres asistían de pie en la zona central del patio. Durante el siglo XVI, especialmente en las últimas décadas, tendrá una gran importancia la actividad teatral desarrollada en lugares como Sevilla o Valencia, ciudad con especial contacto con la cultura italiana.

Los autores en el siglo XVI

Durante el siglo XVI destacan dos generaciones de autores:
    La primera generación está formada por autores aún vinculados con la tradición medieval. Entre ellos sobresalen Juan del Encina, autor de las piezas dramáticas que él denominó églogas (Égloga de Plácida y Victoriano), el portugués Gil Vicente, que escribió en castellano parte de su producción, Lucas Fernández o Bartolomé Torres Naharro  La obra de este último destaca por presentar una serie de elementos que serán determinantes en el teatro del siglo siguiente. Una de las aportaciones fundamentales de este autor fue la creación del introito o prólogo recitado por un pastor al comienzo de la obra. Esta forma de introducción (denominada posteriormente loa) será muy común en el teatro del siglo XVII. Asimismo, emplea por primera vez la palabra jornada, para designar a cada una de las partes en las que se divide la obra y que sirve de descanso de la representación. En su obra se trata el tema del honor y los conflictos que este provoca y constituye un antecedente de las comedias de capa y espada posteriores. Además, introduce los amores del gracioso y la criada de la dama como parodia de los sentimientos de los señores. Dentro de su producción teatral destaca especialmente Soldadesca, una obra de carácter realista que incorpora la figura del fanfarrón.
  • A la segunda generación pertenece Lope de Rueda y los autores del grupo valenciano que se integran en un ambiente teatral profesionalizado. Este grupo de autores se caracterizan por buscar nuevas vías de experimentación literaria que se alejan de los moldes clasicistas y se aproximan más a los gustos populares, como, por ejemplo, la exageración de los caracteres o la incorporación de argumentos de carácter nacional.
  • Hay que destacar también que, a finales de este siglo, se desarrolla la primera etapa de la actividad teatral de Cervantes.
FOTO: Se representa a Bartolomé Torres Naharro


divendres, 17 de febrer del 2012

Miguel de Cervantes

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Nació en Alcalá de Henares, pero el día de su nacimiento exacto no se conoce. Se especula que fue el 29 de septiembre de 1547 (día de San Miguel) y murió el 22 de Abril de 1616 (curiosamente el mismo día en que el también  conocido escritor Wiliam Shakespeare falleció). Cuarto hijo del cirujano Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas. Cuando contaba 4 años de edad se trasladó con su familia a Valladolid, ciudad donde estaba afincada la corte del rey de España, Felipe II. En el año 1561 la corte fue trasladada a Madrid, en donde la familia Cervantes se traslada también. Poco se sabe de los estudios que cursara Miguel en su infancia y adolescencia, pero no parece que fueran los que hoy llamamos universitarios. Se sabe que asistió a un colegio de jesuitas pero se ignora la ciudad, aunque se sospecha que fue durante su estancia en Valladolid. Ya en Madrid, parece ser que fue maestro suyo Juan López de Hoyos, destacado literato de la época. Con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada Española y en 1571 participó con heroísmo en la batalla de Lepanto, "la más grande ocasión que vieron los siglos". En la batalla de Lepanto, que es donde comienza el declive del poderío turco en el Mediterráneo, formaban el frente cristiano: la marina española; el estado del Vaticano; y el estado de Venecia. Allí fue en donde Cervantes, a consecuencia de un disparo de arcabuz recibido en el pecho y en el brazo izquierdo, perdió gran parte de la movilidad de éste, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto
El 26 de septiembre de 1575, cuando regresaba a España, los corsarios asaltaron su barco en la desembocadura del río Ródano, le apresaron y llevaron a Argel, donde sufrió cinco años de cautiverio. Cervantes quedó libre después de que unos frailes trinitarios pagaran por él un rescate, el 19 de septiembre de 1580. A su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Cuando contaba 37 años de edad se casa en Esquivias (Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios, de 19 años; arruinada también su carrera militar, intenta sobresalir en las letras. Y publica la novela "La Galatea" (1585) y lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, es destinado a Andalucía como comisario de abastos y recaudador de impuestos para la Armada Invencible. Allí acaba en la cárcel, acusado de irregularidades en sus cuentas. También fue excomulgado por tres veces ante el intento de cobrar a la iglesia los impuestos que ésta estaba obligada a satisfacer.
En 1605 publica la primera parte del Quijote; el éxito dura poco. En 1606 regresa a Madrid, en donde vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las "Novelas ejemplares" (1613), el "Viaje del Parnaso" (1614), "Ocho comedias y ocho entremeses" (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus últimos meses de vida a "Los trabajos de Persiles y Segismunda" (de publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 23 de abril de 1616 y fue enterrado de caridad.
Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro, géneros que nunca abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones, églogas, romances, letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en sus comedias y en sus novelas. También escribió dos poemas mayores: Canto de Calíope (incluido en "La Galatea") y "Viaje del Parnaso" (1614). La valoración de su poesía se ha visto perjudicada por ir incluida dentro de casi todas sus novelas, por la celebridad alcanzada como novelista en prosa e incluso por su propia confesión en este famoso terceto que figura en "Viaje del Parnaso":

Yo, que siempre trabajo y me desvelo
por parecer que tengo de poeta
la gracia que no quiso darme el cielo.
Aunque en otras ocasiones se enorgullece de sus versos, en su tiempo no logró ser reconocido como poeta.
Tampoco tuvo mejor suerte en el teatro, por el que se sintió atraído desde joven; al regreso del cautiverio llegó a estrenar con éxito varias comedias, pero tampoco sus contemporáneos lo aceptaron como dramaturgo. Cervantes, con una concepción clásica del teatro, tuvo que soportar el triunfo arrollador de Lope de Vega (su eterno rival) en la escena española.
De la primera época (1580-1587), anterior al triunfo de Lope de Vega, se conservan dos tragedias: "El trato de Argel" y "La destrucción de Numancia". A la segunda época pertenecen las "Ocho comedias y ocho entremeses" (1615). Las comedias son "El gallardo español"; "La casa de los celos y selvas de Ardenia"; "Los baños de Argel"; "El rufián dichoso"; "La gran Sultana doña Catalina de Oviedo"; "El laberinto de amor"; "La entretenida y Pedro de Urdemalas".. Y los entremeses: "El juez de los divorcios"; " El rufián viudo"; " La elección de los alcaldes de Daganzo"; " La guarda cuidadosa"; " El vizcaíno fingido"; " El retablo de las maravillas"; " La cueva de Salamanca"; "El viejo celoso".
En la prosa narrativa Cervantes empezó escribiendo una novela pastoril que fue su primer libro publicado, con el título de "Primera parte de La Galatea" (1585) aunque nunca hubo una segunda parte. Entre 1590 y 1612 Cervantes fue escribiendo una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote en 1605, acabaría reuniendo en 1613 en la colección de "Novelas ejemplares".
Es posible que Cervantes empezara a escribir el Quijote en alguno de sus varios periodos de encarcelamiento a finales del siglo XVI, pero casi nada se sabe con certeza. En el verano de 1604 estaba terminada la edición de la primera parte, que se publicó a comienzos de 1605 con el título de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha"; el éxito fue inmediato. Luego en Tarragona, en el año 1614 aparecía la publicación apócrifa escrita por alguien oculto en el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, quien acumuló en el prólogo insultos contra Cervantes. Alguno de sus biógrafos apunta a su eterno rival y enemigo Lope de Vega, como la persona que se ocultaba tras el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda. Cervantes llevaba muy avanzada la segunda parte de su inmortal novela, pero acuciado por el robo literario y por las injurias recibidas, hubo de darse prisa para la publicación de su segunda parte que tituló "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha" y apareció en 1615; por ello, a partir del capítulo LIX, no perdió ocasión de ridiculizar al falso Quijote y de asegurar la autenticidad de los verdaderos don Quijote y Sancho. En 1617 las dos partes se publicaron juntas en Barcelona. Y desde entonces el Quijote se convirtió en uno de los libros más editados del mundo y, con el tiempo, traducido a todas las lenguas con tradición literaria.
Aunque la verdadera y merecida fama, le viene a Miguel de Cervantes por su inmortal novela de don Quijote de la Mancha y por otras novelas de menor repercusión, traemos a esta página web una escogida selección de poesías de las que casi todas ellas han sido extraídas de sus obras en prosa más conocidas. Con esto intentamos dar a conocer también la dimensión de gran poeta del Siglo de Oro español, que por derecho le corresponde, y al que en su tiempo fue galardonado con los apelativos popularmente otorgados de "Fénix de los Ingenios" y "Príncipe de las Letras Españolas".

dilluns, 30 de gener del 2012

La novela picaresca

Una de las obras más importantes de la literatura castellana y de la historia de la novela europea fue el Lazarillo de Tormes. Esta obra, anónima, inauguró un subgénero novelesco que tendría un notable éxito, no sólo en España, sino también fuera de ella: era la "novela picaresca".
El Lazarillo, junto con el Quijote y La Celestina, constituyen la más importante aportación de la prosa castellana a la historia de la literatura universal. Un gran número de obras les seguirían hasta mediados del siglo XVII, aunque ya de calidad literaria muy desigual, pero que fueron en general del aprecio y disfrute de los lectores del Siglo de Oro.
La novela picaresca consiste en una narración autobiográfica, pero habitualmente ficticia. Está contada en primera persona. El protagonista-narrador es un personaje que vive en la marginalidad, próximo o introducido en la delincuencia, según los casos, pero la mayoría de las veces totalmente inmerso en ella.
La novela picaresca se desarrolla en episodios, en las cuales la vida del pícaro presenta distintas situaciones o etapas. A través de ellas se va descubriendo su realidad social, pero de forma cómica e incluso satírica a veces. Estas situaciones suelen estar conducidas por la miseria y el hambre, algo que resultaba real, tangible y extendido en la época, no sólo por toda la península Ibérica, sino también por el resto de Europa. Los lectores no se sentían ajenos a esas situaciones, pues las conocían e identificaban con el vivir de sus contemporáneos, de ahí que las narraciones, aunque ficticias, tuvieran un fuerte componente de credibilidad.
Originalmente la novela picaresca constituyó también una forma de protesta contra aquella sociedad española, cuyas máximas virtudes descansaban en el honor y la limpieza de sangre.
Escena picaresca de autor anónimo andaluz
Aparte de los señalados, las novelas picarescas tuvieron sin embargo pocos rasgos más en común. Así, la condición social de cada autor y las personalidades eran muy diferentes, e igualmente lo eran las intenciones de sus obras. Tales intenciones apenas coinciden en algo, por ejemplo, entre las del autor anónimo del Lazarillo --posiblemente un judío converso--, y las de Quevedo (Historia de la vida del Buscón llamado Don Pablos), o Mateo Alemán (El Guzmán de Alfarache).
En unos casos se utilizaba al pícaro para satirizar, burlar y criticar la sociedad en la que se desenvolvía; en otros constituía un medio moralizador y forma de expresar la moraleja, tras el escarmiento del pícaro por sus malas andanzas.